EN ESTOS DIFÍCILES días he encontrado tiempo para rebuscar
en la hemeroteca y rescatar algunas líneas de un artículo que publiqué en el
periódico EL DÍA, el domingo 11 de noviembre de 2001. Unas palabras que
han cobrado repentina y violenta actualidad, convirtiéndose en un desgraciado
augurio respecto a los hechos acaecidos el pasado domingo. El motivo del
artículo era una reflexión sobre las primeras lluvias del otoño en Tenerife y
que - equivocadamente - algunos medios de comunicación habían presentado como
catastróficas. Este texto que pasó sin pena ni gloria por las páginas impresas
de la sección de Opinión del principal diario de la provincia de Santa Cruz de Tenerife
cobra una vigencia funesta en estos tristes días para Tenerife y para toda
Canarias.
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