ES DE TODOS CONOCIDOS dos los problemas que en estos
momentos afectan a los agricultores de papas de Benijos (La Orotava), entre
otros, por no poder colocar su producción en los mercados insulares, o la
situación de los niños del colegio de El Palmar, ante la pérdida de unidades
escolares, por el despoblamiento progresivo que experimentan las medianías del
Norte de Tenerife. Ambas cuestiones ejemplifican con claridad la problemática
que asola las medianías en amplias zonas de Tenerife, pero con especial
virulencia en el Noroeste de la Isla. Nos encontramos ante lo que el Sr. Bush
definiría con su habitual "tacto" como "daños colaterales"
del desarrollo. Es decir, una crisis económica que se transmite a las
estructuras demográficas, debilitándolas, mientras pierden efectivos.
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