EN ESTOS DÍAS
ASISTIMOS a un amplio debate social y a un estado general de preocupación con
relación a Vilaflor, sus pinares y su afectación por el tendido de alta tensión
de Unelco. Pienso que es importante que esta sociedad esté atenta a cualquier
agresión contra sus espacios naturales, pero también es cierto que no podemos
olvidar que algunos de estos problemas han sido y son generados por nosotros
mismos, por nuestra forma y cultura de vida, y por cómo nos hemos comportado
con este territorio desde hace décadas.
domingo, 24 de noviembre de 2002
domingo, 3 de noviembre de 2002
Por el olor también se sabe dónde está el fuego
DÍAS PASADOS nos
sobresaltamos todos los tinerfeños ante un incendio que amenazaba con devastar
la mayor masa forestal de la Isla, en la puerta de entrada de los pinares de
Icod a La Orotava. Sin embargo, y contra pronóstico, en medio de las peores
condiciones meteorológicas que se pueden dar (viento sur y calima), nuestros
hombres y mujeres del campo nos volvieron a dar una lección sobre cómo se
conoce el territorio. Es obvio decir que el conocimiento tradicional es un
valor a la baja en estos tiempos de Internet y nuevas tecnologías con pantallas
de plasma, en una sociedad netamente urbana que ante la amenaza del fuego sólo
le queda el recurso de correr despavorida. En esos momentos dramáticos, de
incertidumbre y temor, es cuando los trabajadores de medio ambiente dan un paso
al frente y se enfrentan a un peligro que difícilmente logran ver, envuelto por
el humo y la calima.
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