domingo, 7 de diciembre de 2003

Anaga: vecinos y medio ambiente


EL PASADO DOMINGO se inauguraron una serie de obras e instalaciones en el caserío de El Batán, en el Parque Rural de Anaga: mejoras en la carretera de acceso al pueblo, la pista que da acceso a El Batán de Arriba, un nuevo local social, etc. Dichos actos convirtieron "ese día" en este ?en otro tiempo aislado? bello rincón de Anaga en una espléndida fiesta, con la participación activa de todos los vecinos, tanto los que aún viven allí como los que emigraron hacia las periferias urbanas del Área Metropolitana, pero que continúan vinculados emocionalmente al lugar en el que nacieron e identificados con sus tradiciones.

En este sencillo acto se puso de manifiesto el calor humano y el cariño que demuestra un pueblo que continúa siendo agradecido con su tierra, aquí perviven aún elementos comunitarios que aglutinan las distintas familias de Anaga, aunque gran parte de ellos vivan hoy en La Laguna o Santa Cruz. El imán cultural que ejerce el origen de estas personas, con sus singulares señas de identidad continúa siendo un factor importantísimo para las nuevas generaciones que regresan en los fines de semana a la tierra de sus antepasados, donde se encuentran de nuevo con sus raíces, vengan de donde vengan, de La Verdellada, del Suculum, Jardina o Valleseco. De ahí que actos como el del domingo, con los vecinos y con multitud de visitantes con la fanfarria de Valle Guerra no sólo nos retrotraen a tiempos lejanos en el medio rural canario sino que, a la vez, evoca una calidad de vida que tiene que ver no sólo con el compromiso con el apego a la tierra de esta gente, pues las huertas están cultivadas de papas, viña, salpicadas de naranjos sino que también ponen de manifiesto un recuperado ideal de vida, que poco o nada tiene que ver con el bullicio urbano residencial cargado de estrés, coches y semáforos.
Pero lo que no es menos importante es que las obras inauguradas el pasado domingo, realizadas por el Cabildo Insular de Tenerife y por el Ayuntamiento de La Laguna, son la mejor prueba del esfuerzo conjunto y colectivo no sólo de dos instituciones públicas sino de la Asociación de Vecinos Cuevas del Lino y de los técnicos implicados, en que se mantiene una apuesta por la mejora de los núcleos rurales de Anaga o de Teno, demostrando con ello que se puede conjugar conservación de la naturaleza y calidad de vida de sus habitantes. Además, las obras realizadas tienen un marcado valor ambiental, desde la pista de acceso, al Centro Cultural, han sido diseñadas para estar integradas en el paisaje e impactar lo menos posible.
La realidad permite comprobar que El Batán ya no es el núcleo aislado y perdido de antaño, que apenas se encuentra a media hora de La Laguna, y que en estos momentos aporta muchos valores positivos a sus habitantes. Es verdad que aún quedan cosas por hacer y mejorar, desde la conexión a Internet hasta la señal de televisión, pasando por la construcción de una red de pequeños depósitos del agua o de winches que faciliten las labores agrícolas en los abruptos barrancos de la zona.
En todas estas actuaciones públicas subyace un compromiso del Parque Rural de Anaga, dependiente del Cabildo de Tenerife, con los habitantes de esta zona. Esto es posible, sobre todo, porque los vecinos continúan arraigados a su territorio, defendiendo el medio ambiente en el que los principales protagonistas son ellos mismos, unidos a la naturaleza de Anaga. Creemos firmemente que no debemos preocuparnos sólo de las palomas rabiche y de la laurisilva sino también la calidad de vida de sus vecinos, pues ambos son los vértices en que se cimienta la gran riqueza patrimonial que posee Anaga.

Wladimiro Rodríguez Brito es DOCTOR EN GEOGRAFÍA
EL DIA, 7 de diciembre 2003

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