domingo, 19 de septiembre de 2004

Benijos: de lo marginal a la autoestima


EL PASADO DOMINGO se celebró la feria ganadera de Benijos que, sin lugar a dudas, se ha convertido en uno de los encuentros más importantes de la Isla, junto a la de San Benito, en la ciudad de los Adelantados. En esta feria se pone de manifiesto la dinámica económica y social de una comunidad históricamente marginada. Hasta los años setenta, sus moradores vivieron y sufrieron en uno de los espacios rurales más atrasados de Canarias. Sin escuela (el primero de ellos en terminar el bachillerato fue Juan Dóniz, en los años setenta, hoy concejal del Ayuntamiento de La Orotava), sin agua corriente ni luz eléctrica, viviendo en infravivienda, en pajares, los benijeros tuvieron que salir adelante y progresar.

Sin embargo, Benijos es hoy una de las comunidades más dinámicas de nuestras medianías gracias al esfuerzo y voluntad de sus vecinos y al acierto de Ricardo Melchior, en su época de responsable de Agricultura y Aguas del Cabildo de Tenerife, potenciando la ganadería insular, decidiendo ubicar una quesería en este entorno y favorecer los cultivos de papas, a través de la promoción de una cooperativa. Estas iniciativas han motivado que Benijos sea conocido por la calidad de sus productos en las siete Islas, desde Lanzarote a La Palma.
De esta manera, la quesería ha ganado un enorme prestigio en su ramo por conseguir una producción de queso de una calidad óptima y, sobre todo, por relacionar esta actividad económica con la comunidad que la acoge y desarrolla. La cooperativa produce una cantidad cercana al millón de kilos de queso al año y compra leche de cabra, por un valor aproximado de más de 600 millones de las antiguas pesetas, y no sólo en la isla de Tenerife sino también en la Aldea de San Nicolás, en Gran Canaria. Con una materia prima de calidad contrastada y siguiendo un proceso tecnológico que garantiza la salubridad y la higiene (con un cualificado equipo de profesionales de la salud que supervisan la producción de 24.000 cabras), al consumidor llega un producto de calidad, con la etiqueta de que con su compra se favorece el desarrollo rural de pequeñas comunidades que logran mantenerse al margen del proceso urbanizador del resto del territorio. Benijos no sólo supone una producción de productos locales frescos a precios razonables sino que también suponer reducir las importaciones y la dependencia del exterior en alimentación que crece en el contexto canario a pasos agigantados, y que compite con queso importado y subvencionado con una cantidad que varía de las 150 a las 200 pesetas por kilo.
Asimismo, hay que decir que en esta cooperativa trabajan 25 mujeres del barrio, responsables en gran medida con su trabajo y esfuerzo del éxito de esta empresa. Por tanto, la incorporación de las mujeres a las actividades agrarias suponen un logro más a añadir a esta importante iniciativa. Tampoco ha sido menos significativa la contribución y el aliento de la Asociación de Ganaderos de Tenerife (AGATE) que, de la mano de Pedro Molina, su presidente, supieron ver a tiempo la oportunidad que representaba la potenciación de Benijos, desde sus primeros pasos, y que se ha convertido con el tiempo en una referencia de la ganadería regional.
En definitiva, estas líneas pretenden ser un reconocimiento público y sentido a una comunidad maltratada por la historia y por la geografía durante muchos siglos, pero que logró levantar cabeza, reconocer sus fortalezas y sacarles partido, con esfuerzo y sacrificio -sin ninguna duda- pero también con ilusión y fe. Estos valores han hecho del pasado espacio marginal un foco de prosperidad y calidad de vida en las medianías del Valle de La Orotava, sin necesidad de construir adosados, parques temáticos o campos de golf.
Es decir, un ejemplo para el resto de Canarias. El campo es posible y viable económicamente, merece la pena organizarse y luchar por un futuro mejor tal y como lo han hecho los benijeros. Benijos es una lección de cómo es posible agricultura, ganadería y medio ambiente, en la que los benijeros se implican aún en la limpieza del monte para su aprovechamiento agrario.

Wladimiro Rodríguez Brito es DOCTOR EN GEOGRAFÍA
EL DIA, 19 de Septiembre 2004

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